Un postre refrescante, a base de piña natural, leche condensada y bizcochos de soletilla. ¡Receta de familia! Rápido de elaborar.
Ingredientes:
– 1 Piña madura.
– 1 Lata pequeña de leche condensada.
– 1 cucharada sopera de Agaragar.
– 1/2 Docena de Bizcochos de Soletilla.
– Caramelo líquido.
– Coco Rallado (opcional)
Preparación:
Los que no tengáis a mano a un frutero de confianza que os prepare la fruta, empezaréis por pelar y trocear la piña encima de una fuente grande, para que no se os escape el jugo. Los trozos de piña escurrida y la leche condensada se trituran con la batidora hasta obtener una crema compacta.
En una cazuela calentamos todo el jugo de la piña, junto con la crema y a fuego bajo, añadimos el agaragar y sin parar de remover dejamos que trabe todo unos minutos. Apartamos y añadimos 1/4 de litro de agua fría a la crema.
Untamos bien un molde con caramelo líquido y vertemos toda la crema de piña.
Para terminar colocamos, con cuidado de no hundirlos, los bizcochos cubriendo toda la crema. Lo metemos en la nevera y nos olvidamos de que existe hasta el día siguiente. (Los que no tengáis aguante os lo podéis comer en unas 5 horas, pero os avisamos, esperar merece la pena).
Se desmolda con un volteado tipo tortillero, con un plato, separando antes con cuidado el borde lateral el pastel del molde con un cuchillo. Para que quede más aparente lo podéis adornar con coco rallado.
Nuestro consejo es que utilicéis piña natural, agaragar y bizcochos de una pastelería de confianza, pero se pueden sustituir por piña natural de bote (ojo, no en almíbar y un bote grande) , gelatina artificial y bizcochos del super… pero claro, no hay color.
También es mejor hacer caramelo casero, que sólo necesita azúcar, agua, mucha paciencia… y unas gotas de vinagre.